
FESTIVAL CITY 2025: MAGIA PURA PARA EL CORA DESDE QUERÉTARO
- Mariana Nuñez
- 30 abr
- 2 Min. de lectura
En Querétaro la música tiene casa, y en 2025 el Festival City nos volvió a recordar por qué amamos los festivales. Con un line up cargado de emociones, talento y momentos inolvidables, vivimos una jornada mágica donde cada acorde fue una celebración, cada letra un espejo, y cada banda, una chispa que encendió al público de principio a fin.

El cartel ya anticipaba lo inevitable: éxito asegurado. Desde la energía alegre de Comisario Pantera, hasta el regreso poderoso y conmovedor de Juanes, el festival fue un viaje entre la nostalgia, el baile y la catarsis colectiva. DLD nos regaló un inicio contundente con Por Siempre, y fue imposible no sentir que nos abrían el pecho canción tras canción. Con cada tema, nos rompieron y nos recompusieron con su intensidad única.

Siddhartha, uno de los actos más esperados, subió al escenario con un halo de emoción que nos abrazó desde los primeros segundos. Fue un show lleno de magia, de ternura, de amor. Hay algo en su presencia —y en su voz— que nos confirma que está atravesando una etapa luminosa, y ese brillo lo compartió con cada persona frente a él.

Juanes fue, sin duda, una de las grandes sorpresas de la noche. Con una ejecución impecable y una energía arrolladora, logró lo que pocos: conectar desde la entraña. Nos llevó por un repertorio que bailamos, cantamos y vivimos con una entrega total. Su capacidad para mantenernos al filo de la emoción fue simplemente espectacular.

Y cuando pensábamos que el festival no podía regalarnos más, llegó el momento que nos voló la cabeza: Caifanes subió al escenario con la fuerza y el misticismo de siempre, pero además, nos obsequiaron un dueto épico con Siddhartha que convirtió una canción ya legendaria en un instante eterno. La piel se nos enchinó. Y el corazón, bueno… el corazón explotó.

Moenia, con su sello inconfundible, fue el broche de oro perfecto. Cerraron la noche como se debe: con todos coreando, bailando y agradeciendo por haber sido parte de esta experiencia.
En medio de tanta grandeza, no podemos olvidar lo importante que es el cómo se vive un festival. Festival City 2025 nos ofreció un espacio cómodo, con un solo escenario que permite disfrutar desde cualquier punto. Las áreas de comida estaban bien ubicadas, los accesos fueron fluidos, y lo más bonito: aunque hubo sold out, el ambiente se sintió íntimo, amable, cercano. Como una gran reunión entre almas que aman la música.

La producción fue impecable. Los horarios se cumplieron con precisión, no hubo problemas relevantes de audio, y cada artista se escuchó como tenía que escucharse: poderoso, claro, envolvente. Y desde nuestra trinchera como medio, no podemos dejar de aplaudir el trato cálido, profesional y respetuoso del equipo de Karol hacia la prensa, un gesto que se agradece y que hace toda la diferencia.
Festival City 2025 fue magia.
Fue música bien hecha, emociones en carne viva, y momentos que se quedan grabados en la memoria. Fue una noche donde la nostalgia y la alegría caminaron de la mano. Fue un espacio donde todos —artistas, público, prensa— nos sentimos parte de algo más grande.
Y para los que estuvimos ahí, quedará claro que hay festivales… y luego está esto.