
Michael "Ozzy" Osbourne -Con hondo pesar despedimos al “Príncipe de las Tinieblas”
- Alex Torres
- 23 jul
- 2 Min. de lectura
Hoy, 22 de julio de 2025, el mundo musical se tiñe de duelo ante la partida de John Michael “Ozzy” Osbourne, al icónico cantante de Black Sabbath, quien falleció a los 76 años rodeado de sus seres queridos .Con él se cierra un capítulo fundamental de la historia del metal, una era forjada a base de pasión, oscuridad y esa voz singular que redefinió el rock para siempre.

Desde su humilde origen en Birmingham, Ozzy irrumpió con un lamento grave y profundo que resonó por primera vez en Black Sabbath a fines de los años 60. Su debut homónimo en 1970 marcó un antes y un después: riffs densos, letras sombrías y una atmósfera opresiva que plantaron la semilla del heavy metal tal como lo conocemos . Con Himnnos como “Paranoid”, “Iron Man” y “War Pigs”, la banda canalizó el espíritu industrial de su tierra, sembrando la influencia que reverberaría en docenas de generaciones de bandas posteriores.

Ozzy no solo cambió los acordes, cambió tendencias. Su carisma imponente y su rebeldía desbordante inspiraron escenas, estilos y actitudes del metal global. En su carrera solista, quebró fronteras con “Crazy Train” y regaló momentos antológicos, dejando una huella inmortal en la música rock .
En una profecía casi poética, durante su último concierto en Birmingham, el 5 de julio de 2025 evento titulado Back to the Beginning , Ozzy sentado en su trono, rodeado de ex compañeros de Black Sabbath, confesó, “moriría como un hombre feliz si cayera muerto aquí” . Apenas dos semanas después, su frágil salud truncó esta despedida colosal.

Este encuentro final reunió a decenas de miles de fans, coronando seis décadas de historia del metal con lágrimas, riffs y un amor eterno. Fue una fiesta-memoria para quien concedió tanto sentido a la oscuridad sonora.

Una canción que jamás olvidaremos: “Crazy Train”, esa oda furibunda que animó estadios, subió almas y marcó un antes en cada fan. Su energía intrépida y su mensaje de rebelión resonarán por siempre.
Al despedirnos de Ozzy, comprendemos que grandes artistas no solo escriben melodías, escriben historia.
Dejan una huella en la humanidad, en la memoria colectiva y en cada persona que vibró con su música.
Su legado trasciende partituras y micrófonos; vive en cada acorde que se atreve a desafiar, en cada voz que se alza en la oscuridad, en cada corazón que late al ritmo de su epopeya.
Descansa en paz, Ozzy. Tu trono sigue brillando, y tu música sigue encendiendo almas.







