
La Castañeda vuelve al escenario: un ritual de locura, arte Este 2025
- Mariana Nuñez
- 26 nov 2024
- 2 Min. de lectura
La espera terminó. Este 7 de junio, una de las bandas más emblemáticas y queridas del rock mexicano, La Castañeda, regresa a los escenarios con un concierto que promete ser mucho más que un espectáculo: será un ritual colectivo de música, memoria y catarsis.

Para quienes crecimos con la estética teatral, visceral y poética de La Castañeda, este concierto no es cualquier evento: es un reencuentro con una parte esencial de nuestra identidad sonora. Desde su formación a finales de los 80, la banda ha sido un faro para quienes buscamos algo más que solo acordes; una propuesta artística que desborda lo musical para abrazar lo performático, lo psicológico, lo humano.

Con discos como Servicios Generales y El Globo Negro, La Castañeda se plantó como una voz poderosa en la escena nacional. Nos hablaron de la locura y la libertad, de los demonios internos y del arte como forma de redención. No por nada, siguen siendo una de las agrupaciones más influyentes y respetadas del rock alternativo en México.
Y este 7 de junio, su energía volverá a encender el escenario. Este concierto marca un momento clave en su trayectoria: no solo es un regreso, es una reafirmación. Una invitación a celebrar décadas de arte independiente, de resistencia cultural y de conexión emocional con varias generaciones de escuchas.

La preventa será el 27 de noviembre a través de Citibanamex, y la venta general arrancará el 28 de noviembre por Ticketmaster. Para los fans de corazón —para quienes hemos coreado “Cenit”, “El Loco” o “La Dosis” como si fueran mantras personales— esta es una cita impostergable.
En Rock para el Fin del Mundo lo decimos claro: no se trata de ir a un concierto, se trata de vivir un momento histórico. Porque La Castañeda no solo nos dio música: nos dio un lenguaje, una estética y un lugar donde sentirnos menos solos en medio del caos.

Nos vemos ahí, en ese ritual donde todos los locos, los poetas, los heridos y los soñadores volveremos a encontrarnos.
Porque el arte es locura y la locura, en manos de La Castañeda, es libertad.