Cuautitlán Izcalli vivió una noche de ensueño con el Festival Amigo 2024, que este año se superó a sí mismo, logrando un sold out impresionante que dejó a miles de almas vibrando al ritmo de las mejores bandas del momento. Desde tempranas horas, el ambiente se sentía electrizante. Fans de todas partes se congregaron en este evento que, sin duda, será recordado como una de las ediciones más memorables.
Los gritos de euforia y las manos en el aire se hicieron constantes en cada presentación. El festival arrancó fuerte, y entre el público no se oía más que el eco de canciones cantadas al unísono. Enjambre, con su sonido inconfundible y letras profundas, se apoderó del escenario, llenándonos de nostalgia y dejándonos corear cada éxito a todo pulmón. Cada acorde resonó como un himno, y el público fue el coro perfecto.
A medida que la noche avanzaba, la energía solo aumentaba. DLD se encargó de elevar la adrenalina, regalándonos un show imparable en donde los éxitos se sucedían uno tras otro. El público estaba encendido, y con cada canción, parecía que Cuautitlán Izcalli vibraba en una sola frecuencia.
Hello Seahorse! trajo su esencia única, envolviéndonos en una atmósfera de ensueño. La voz de Denise, con su fuerza y dulzura, nos llevó a otro mundo mientras el público la acompañaba en cada palabra. Fue un momento mágico que quedará grabado en el corazón de los asistentes.
Odisseo, con su estilo tan particular, y Daniela Spalla, con su voz cautivadora, pusieron el broche de oro a esta noche perfecta. Spalla, quien es sinónimo de autenticidad y sentimiento, hizo que el público viviera una catarsis con cada letra. En cada rincón del festival se podía sentir la pasión y la conexión de los artistas con el público.
El Festival Amigo 2024 no solo fue un concierto, fue una experiencia que rebasó cualquier expectativa, dejando a Cuautitlán Izcalli como el epicentro de la música y la emoción. La organización, la energía, y, sobre todo, la entrega de cada artista hicieron de esta edición una celebración irrepetible. Para quienes estuvimos allí, fue una noche de himnos y memorias imborrables; y para aquellos que no pudieron asistir, esta es la historia de una noche épica.
Texto Mariana Núñez
Fotografías Carlos Bolaños